Anatomía del Delfín
El cuerpo de los delfines es ancho por delante y acaba en punta. Está formado por los oídos, el espiráculo, los ojos, las aletas pectorales, la aleta dorsal, la aleta caudal y la piel.
Los oídos apenas se
distinguen externamente. Está muy desarrollado, les sirve para
comunicarse y para captar las vibraciones de sus presas o depredadores.
El
espiráculo es el orificio nasal que utilizan para respirar con rapidez
asomando un poco el lomo fuera del agua. La válvula que poseen debajo de
la piel les impide la entrada de aire bajo el agua.
Los ojos les
permiten ver tanto dentro como fuera del agua, gracias al cristalino que
se desforma ligeramente cuando salen al exterior del agua.
Las
aletas pectorales se asemejan a las patas de los demás mamíferos. Su
función es estabilizadora, no propulsora. La aleta dorsal es muy
prominente y permite distinguir unos animales de otros. La aleta caudal
es la horizontal, la cual presenta una hendidura central que la divide
en dos lóbulos. Ésta permite la propulsión y gracias a ella puede hacer
increíbles saltos verticales en los que todo el cuerpo le sobresale
fuera del agua.
Su cabeza se asemeja a la silueta de un “melón” y su
hocico es alargado, provisto de numerosos dientes. Esta especie carece
de glándulas sebáceas y sudoríparas y de pelaje.
La piel de los
delfines es gris oscuro, es lisa y resbaladiza (para disminuir el
rozamiento y facilitar el deslizamiento en el agua). La epidermis es muy
deformable que, al disminuir la resistencia del agua, permite una
velocidad mayor.
Esta especie suele medir entre 2.3 y 3.5 metros y pesan entre 136 y 230 kilos (dependiendo del sexo del individuo).
Reproducción de los Delfines
La mayor parte de lo que se conoce acerca de la reproducción de los delfines se ha obtenido en cautiverio,
este puede no ser el mismo comportamiento que manifiestan cuando se
encuentran en su hábitat natural. Sin embargo, se ha comprobado que los
delfines tienen más probabilidades de aparearse durante la primavera,
con un ritual de cortejo entre hembras y machos. Mientras copulan, el
delfín macho empuja a la hembra desde atrás con su órgano sexual por
varios minutos, y luego la monta por detrás. Después de esto, la
reproducción de los delfines es casi tan común como para cualquier otro
mamífero.
Los delfines están entre los animales más sexuales y no son monógamos.
Un macho puede aparearse varias veces cada hora, a menudo con la misma
hembra, pero no siempre. Los machos se alejan mientras nadan, en cambio
las hembras dependen de su manada para que la ayuden a proteger a su cría y suelen ser ayudadas por otro delfín que actúa como una partera.
La reproducción de
los delfines es, debido a ser un mamífero, muy similar a la de
los seres humanos. Para ello, el macho inicia un ritual de cortejo con
el fin de conquistar a la hembra con la que poder copular y, de esta forma,
salvaguardar la especie. Las técnicas de cortejo dependen de capa
especie de delfín. Algunas utilizan una técnica muy galán
en la cual los machos "entonan" versos de amor con el fin de
conquistar a la hembra.
Proceso de Fecundación
Una vez obtienida respuesta positiva por parte de la hembra
empieza la fase de copulación entre los dos miembros. Estas cópulas
son llevadas a cabo en ciertas épocas del años dependiendo
del hábitat de vida de la especie. Las de zonas más frias
limitan su reproducción a la época de la primavera mientras
que las especies que habitan en zonas de aguas cálidas o templadas
se reproducen durante todo el año.
Una vez ha finalizado la etapa de copulación,
la hembra entra en etapa de gestación en la cual el futuro delfín
irá creciendo en su interior. Esta etapa está caracterizada
por el largo tiempo que necesita para desarrolarse de forma satisfactoria
ya que está, aproximadamente, sobre los 12 meses.
Gestación Hasta el Nacimiento
Durante estos
12 meses de gestación las hembras son presas más fáciles
y apetecibles por lo que nadan en el centro de las manadas protegidas
por los machos. El ciclo reproductivo de la familia de los odontocetos
(delfines) es superior a los 2 años ya que la hembra necesita reponerse
del esfuerzo anterior.
El nacimiento es el momento esperado por la madre ya
que es el momento en que se desprende de un peso que las suele dejar agotadas
durante las migraciaones. Por eso muchas hembras suelen ayudar a la futura
madre en el nacimiento del nuevo miembro de la manada de forma que, en
cuento se asoma el joven delfin, las hembras lo ayudan a subir a la superficie
para que pueda obtener su primera inyección de aire. A continuación
el joven delfín descenderá para buscar a su madre y obtener
su primera comida. La leche de los delfines es altamente rica en grasas
y proteínas lo que provoca el crecimiento más rápido
de las crias.
Por último diremos que los delfines tienen un
ritmo de reproducción bajo lo que produce que si en una manada
se ve reducido su número de forma drástica pasará
cierto tiempo hasta poder recupar el número anterior de miembros.
Haciendo un símil con los delfines es lo mismo que nosocurre a
nosotros.